18 noviembre 2007

Y QUISE SER INSTRUMENTO DE CUERDAS...

Ayer, llegué por casualidad a esa explanada, hacía calor y había mucha gente. Ahí estaba el escenario, caminé y sin darme cuenta me encontré entre la multitud. Inesperadamente, te vi; tenías un rígido gesto y un gran tamaño que por momentos te hacía parecer torpe. Mi sorpresa fue enorme al darme cuenta que a pesar de ello tocabas con una angelical delicadeza el contrabajo, tanto que quise, por un instante o por toda la eternidad, ser ese instrumento de cuerdas.

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