27 noviembre 2007

A CADA LATIDO

No quiero que mi corazón siga latiendo porque irremediablemente con cada latido estaré más cerca de la muerte, sin embargo tampoco puedo querer detener el tiempo porque con él se detendría mi corazón. La muerte que está en la inmovilidad del tiempo es la misma a la que se llega con cada latido, aquella que se encuentra entre el siempre y el jamás.

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