20 mayo 2009

MEXICANAS

Eduardo Galeano

Tlazoltéotl, luna mexicana, diosa de la noche huasteca, pudo hacerse un lugarcito en el panteón macho de los aztecas.

Ella era la madre madrísima que protegía a las paridas y a las parteras y guiaba el viaje de las semillas hacia las plantas. Diosa del amor y también de la basura, condenada a comer mierda, encarnaba la fecundidad y la lujuria.

Como Eva, como Pandora, Tlazoltéotl tenía la culpa de la perdición de los hombres; y las mujeres que nacían en su día vivían condenadas al placer.

Y cuando la tierra temblaba, por vibración suave o terremoto devastador, nadie dudaba:
Es ella.


04 mayo 2009

EL DESEO

En la oscuridad, parado en el umbral la vio mientras caía al suelo aquello que la cubría, le encantó su color, pudo olerla y saborearla anticipadamente. No comprendía por qué era inalcanzable, por qué podía disfrutarla sólo a lo lejos; entonces se dio cuenta de que le escurrían unas pequeñas lágrimas.

Tenía ganas de gritar cuánto la deseaba, cuánto quería saborearla; le dio pena no poder hacerlo, estar en desventaja, en gran desventaja y no podía creerlo; era de otro y no de él.

De pronto, vio cómo ese hombre la hacía completamente suya, la devoraba, la disfrutaba, hasta terminar esa paleta de delicioso chocolate, que él, un simple perro, deseó infinitamente.