14 septiembre 2011

DE LAS RAZONES PARA VISITAR TURQUÍA


LA CIUDAD QUE SE NIEGA A MORIR

No sé en qué momento pensé en visitar Turquía, específicamente Estambul, siempre vi lejos esa oportunidad no sólo por la distancia, también por el hecho de pensar en una ciudad llena de contrastes culturales.

Ubicada en lo que fue el Imperio Bizantino y Constantinopla, puente entre Europa y Asia, Estambul es lugar de convivencia de musulmanes, cristianos, laicos, judíos y todo aquél que quiera sumarse.

La gran mayoría de la gente a quien platiqué mis planes de visitar Turquía me advirtió que debía tener mucho cuidado, incluso si viajaba en grupo, pues era un país que se distinguía por lo peligroso para los turistas y más si éstos eran mujeres.

Y como la necedad es lo último que, en algunas personas desaparece, llegué a Estambul acompañada de gente maravillosa que quiso compartir la aventura, eso sí algo temerosos de lo que podía pasarnos y con algunas ideas equivocadas sobre los turcos y el país mismo.

Por supuesto, hubo cosas que me sorprendieron desde el primer momento, como cuando tomamos un taxi para llegar al lugar en el que nos hospedaríamos, le cargaron la maleta al único hombre que viajaba conmigo y mis amigas, 4 mujeres y él, ¡y le cargaban las maletas por el simple hecho de ser hombre! Sorprendida por esa distinción –lo bueno es que no soy feminista- me dispuse a pasar por alto algunas cuestiones que están marcadas en las costumbres de los turcos y que, en realidad, no me importan más allá del anecdotario.

Con el paso de los días me di cuenta que, efectivamente, tal y como me habían dicho, los turcos son muy coquetos; pero también vi con mucha pena, que todo lo malo que me habían dicho de Estambul y de su gente eran cosas de una ciudad que hasta ese momento no conocía.

La gente siempre fue muy amable en las mezquitas, incluso cuando como extranjero cometes algunas faltas menores dentro de ellas; por supuesto, también los musulmanes, tanto mujeres como hombres, a quienes pueden gustarles o no nuestras costumbres, nuestra manera de pensar o de vestir, siempre respetuosos de ideologías y formas de vida –al menos así fueron con nosotros-. Lo que no sucede, según sé, en países donde el islam es ley, la ventaja de Turquía, creo, es que a pesar de ser un país con mayoría musulmana cuenta con un Estado laico, supongo ésa es la razón por la que son más tolerantes.

Debo confesar que pensé que iba a una ciudad polvosa y sucia, grande fue mi sorpresa al ver que no sólo –en menor medida- Estambul y varias de las pequeñas ciudades por las que pasé eran ciudades ordenadas, limpias, verdadero primer mundo; incluso en un parque de Sultanahmet había servicios como internet, ¡en México imposible que en un parque haya wi-fi!

El primer día, al despertar, pegué un grito, desde la ventana de la habitación se veía Santa Sofía. Basílica durante el Imperio Bizantino, con 1500 años de historia y espiritualidad, su grandeza e impacto es tal que Mehmet el “Conquistador” la dedicó a Alá, por ello los escudos blasonados con versos coránicos; convertida en museo por Atatürk hoy conserva la mayor parte del diseño original en su interior.


Obligada es la visita al  que fue testigo del poderío de los sultanes: el Palacio Topkapi. Construido por Mehmet el “Conquistador”, Solimán el “Magnífico” dio fuerza y grandeza a este lugar debido a que durante este sultanato fue la época dorada del Imperio Otomano.









 















Con su Puerta de los Saludos, el Harén, el Diván, el salón del Tesoro Interior, la Puerta de la Felicidad, el Salón del Trono, la Biblioteca de Ahmet II, entre otros tesoros, Topkapi es una referencia obligada en la historia de Estambul. 



 




























Con una ubicación estratégica entre el Bósforo, el Cuerno de Oro y el Mar de Mármara, la historia imperial, las conquistas, las luchas, los saqueos, así como los desastres naturales han hecho de Estambul la ciudad que se niega a morir.



En cada uno de los lugares que pisábamos veía el retrato de Atatürk. Hoy creo comprender la admiración de mucha gente hacia él,  ya sea por su apuesta a una identidad nacional y por su intento de modernizar no sólo Estambul sino a Turquía entero, por  suprimir el sultanato, por proponer la secularización del Estado; por, aunque fuera de manera simbólica, emancipar a las mujeres, por convertirse en el primer presidente de la nueva República en 1923 y llevar a cabo la occidentalización del país –con lo que no todos estaban de acuerdo, pues también fue acusado de occidentalizar Turquía; todo ello en un intento por hacer de establecer en ese país una moderna república.

11 febrero 2011

-Quédate a dormir- Dijo él, aunque ya era de día.
-Pareces canción de Sabina- Respondí.

10 enero 2011

15 diciembre 2010

VIVE LATINO 2011

El Vive Latino crece! Sí, la décimo segunda edición de este festival abarcará ya no dos, sino tres días: 8, 9 y 10 de abril del 2011. La Carpa Intolerante regresa por tercer año consecutivo al Foro Sol, los escenarios tradicionales seguirán: Vive Latino, Indio y Carpa Roja.

Los distintos géneros y ritmos que representan a las nuevas propuestas musicales, y a las ya conocidas, compartirán público con la Carpa Ambulante, proyecto de documentales dirigido por Diego Luna y Gael García, que se suma a este importante festival; sin dejar a un lado, por supuesto, al Tianguis del Chopo ni la zona de grafitti.


En este Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino podremos ver a bandas como Agrupación Cariño, Azul Violeta, Babasónicos, Banda de Turistas, Bengala, Bomba Stereo, Caifanes, Charly García, Chikita Violenta, División Minúscula, Eljuri, Ellis Paprika, Fobia, Jaraba de Palo, Jessy Bulbo, La Barranca, La Dosis, La Gusana Ciega, La Internacional Sonora Balkanera, La Pulquería, Liquits, Los Bunkers, Los Daniels, Los de Abajo, Los Dorados, Los Estrambótico, Los Licuadoras, Los Pericos, Mala Rodríguez, Puerquerama, Quiero Club, Rebel Cats, San Pascualito Rey, Sepultura, Sonidero Meztizo, Telefunka, Vicente Gayo, The Plastics Revolution y Chemical Brothers, entre muchas otras bandas a las que vale la pena escuchar.
 

 




15 octubre 2010

JAZZ AT LINCOLN CENTER ORCHESTRA

Pocas veces he visto a grandísimos músicos juntos, menos veces he visto que un músico haga hablar a un instrumento.

Apenas hace dos días escuché a la Jazz at Lincoln Center Ochestra liderada por el virtuoso Wynton Marsalis, me quedé con la boca abierta por haber presenciado no sólo un excelente concierto que abarcó distintos matices desde el jondo hasta los boleros, sino sobre todo por haber sido testigo del diálogo que tuvieron todos los instrumentos musicales.

También las interpretaciones de los invitados de Marsalis, Paquito D'Rivera, Chano Domínguez, Antonio Sánchez, Edmar Castañeda, Diego Urcola y Óscar Stagnaro, nos regalaron una cadenciosa experimentación sin límites que fue de Libertango hasta Alfonsina y el mar en homenaje a la gran Mercedes Sosa.

Una gran noche de celebración musical que hubiera querido no terminara.

20 septiembre 2010

UNA VEZ INFINIDAD DE VECES

Una vez viví en el vientre de mi má.

Una vez tuve cinco años.

Una vez alguien que no me conocía me regaló unos patines, fui inmensamente feliz.

Una vez, otra vez, muchas veces corrí como loca por los jardines.

Una vez, multiplicada por mil, corrí entre los animales.

Una vez comí tantas almejas que ahora las odio.

Una vez creí en el amor para la eternidad.

Una vez quise estar contigo en el mundo, en las montañas, en los ríos, en la memoria…en el corazón.

Una vez quise comerme el mundo.

Una vez, a la enésima potencia, sentí el rayo del sol en la cara.

Una vez soñé con viajar a muchas ciudades del mundo; hoy sé que los sueños se vuelven realidad.

Una vez, otra vez y otra vez, de manera exponencial, fui a muchos conciertos.

Una vez dije que no quería parecerme a mi papá; soy igualita a él.

Una vez tuve un amigo a quien afirmé no fallarle nunca, cuando me enteré de su muerte lloré y lloré; mi conciencia aún me reclama haberle fallado.

Una vez comí tanto helado que casi me estalla la panza.

Una vez tuve una familia; hoy es la mejor y más grande de todas.

Una vez se sumó un hermano elegido a mi vida; sigue aquí.

Una vez tuve excelentes amigos; hoy también son mi familia.

Una vez tuve una entrañable amiga; hoy ya no me habla porque cree que soy irresponsable con los amigos.

Una vez creí que los unicornios existían.

Una vez me enojé tanto que dejé la casa como si hubiera pasado un tornado.

Una vez tuve un perro; se murió de viejo.

Una vez tuve un gran amigo, de esos que sabían cuándo necesitabas un abrazo, de esos que están presentes en los peores momentos de tu vida; unos imbéciles lo mataron, lo extraño muchísimo.

Una vez me aventé desde una rampa de nieve.

Una vez me perdí 4 horas en una ciudad que tiene 1.2 millones de habitantes; me sentí ridícula, pero me reí muchísimo.

Una vez tuve un amigo, luego fue mi amante y cuando quise amarlo, por miedo –o por pena, no lo sé- echó a correr.

Una vez vomité y vomité y vomité.

Una vez tuve un hijo; hoy me sigue doliendo la pérdida y aún lloro.

Una vez, multiplicada por varias veces, me dio un ataque de ansiedad y casi me aviento a las vías del metro; definitivamente soy de oficio suicida.

Una vez nevó y jugué como niña con la nieve.

Una vez perdí unas maletas.

Una vez me enamoré de un hombre del que nunca supe si tenía los ojos verdes o grises.

Una vez, y repetidamente de manera infinita, al despertar en un avión y ver las nubes me dieron ganas de llorar.

Una vez me amó un mulato, como los que me gustan, pero me dio miedo y también eché a correr.

Una vez, otra vez y muchas veces, he llorado.

Una vez, otra vez, infinidad de veces he sido muy, muy feliz.

Una vez iba dormida en un ferry y me despertó un hombre que cantaba tangos.

Una vez comí un cangrejo prehistórico, estaba delicioso.

Una vez fui a un viñedo, quise vivir ahí para siempre.

Una vez me reencontré con mi pasado; me dio gusto saber que, de alguna manera, seguíamos siendo los mismos pero distintos.

Una vez, otra vez, otra vez y otra, me he emborrachado.

Una vez quise olvidar el pasado, no lo he logrado.

Una vez, varias veces, he aprendido a vivir con mis fantasmas.

Una vez, multiplicada hasta el infinito, he ido al cine.

Una vez un destacadísimo músico me dio una clase magistral sobre música mexicana.

Una vez tuve una nueva familia, de esas que uno elige, de esas con las que haces click de inmediato.

Una vez quise volar; hoy sé lo que sintió Ícaro, pero sin caer.

Una vez conocí a un hombre que fue capaz de transformar la oscuridad en rayo de sol e iluminar mi vida.

Una vez aprendí a andar en bicicleta.

Una vez conocí a un hombre que me hizo sentir sumamente especial; espero no echarme a correr.

Una vez vi una película en estado alterado y en lugar de entender: the gates, entendí hot cakes; mi risa se escuchó durante horas en toda la colonia.

Una vez conocí a un hombre enamorado de la vida; celebra la soledad y el dolor, pero sobre todo el amor, la memoria y el corazón.