05 enero 2007

DE VIDA Y DE MUERTE

Durante el 2005 tuve un período terrible, estuve al borde de la muerte por razones que no vienen al caso en este momento, afortunadamente esa etapa difícil junto con su secuela convertida en crisis emocional, ya pasó.

En un noticiero, hace algunos días, entrevistaron a Víctor Hugo Rascón Banda, con motivo de su nuevo libro, titulado ¿Por qué a mi? que escribió durante, si no mal recuerdo, una recaída de su terrible enfermedad, ahí dijo algo que me pareció cierto y era más o menos como que desde pequeños, en la escuela, deberían enseñarnos que vamos a tener que lidiar con la muerte, porque si bien sabemos que llegaremos a ese punto, es algo que no tenemos tan consciente, algo que creemos que no nos sucederá, pero definitivamente, deberíamos aprender a verlo como algo que forma parte de la vida diaria; y así como la muerte forma parte de nuestro diario vivir, también deberían serlo las demostraciones de cariño y afecto hacia nuestros seres queridos y ¿por qué no? a los no tan queridos.

También hizo que me acordara de un texto de Mauricio Carrera que leí en Día Siete, texto que guardé porque tengo esa mala costumbre de guardar toda clase de fotos y artículos de periódicos y revistas que me gustan.
Tener conciencia de la muerte es una cosa, pero tenerla sobre la propia muerte es algo que puede desgarrarte y a la vez regresarte a la vida con mayor ímpetu.

CARPE DIEM

La frase tiene la contundencia de la lápida cuando cae en la tumba. Eso me parece ahora. Antes, en eso que llamamos juventud, tenía la certeza de un destino, la brillantez de una divisa, la férrea voluntad más allá del sobrevivir diario. Carpe diem. O para decirlo sin latinajos que denotan más arrogancia que sabiduría: “Aprovecha el día”. Esa era la orden y la cumplía. Lo hice desde adolescente. Una tarde descubrí que no era inmortal, que la kriptonita existe y también el cáncer, los aviones que se desploman, las esquirlas en las trincheras, los asaltantes nerviosos a los que se les va un disparo, el bisturí que se desvió un milímetro, la estupidez de los atropellamientos: los sesos por aquí, un zapato por allá. Fue una tarde especial, incluso memorable. No que no supiera de la muerte –yo también aplasté hormigas, maté murciélagos y diseccioné ranas-, pero me percaté con plena conciencia de la mía. Algún día me visitaría la desnarigada.

Fue una época de desazón e incertidumbre. Visité cementerios, coqueteé con la ruleta rusa, intuí lo que sería aventarme al paso del tren, imaginé el estertor tras ingerir veneno para ratas. Creía, y lo mantengo como un dogma, que no hay mayor subversión que la de atentar contra la propia vida. Chapeau, me digo, ante los suicidas. Hablo de los que se rebelan ante la enfermedad, la opresión, el desamor, el absurdo, y no de aquellos infelices que tras reprobar matemáticas abren la llave del gas o se cortan las venas.

No fue ese mi destino (todavía no). Mi temor ante la muerte me volcó hacia la vida. Así de sencillo y cobarde. No hay motivos sólidos para vivir pero tampoco para morir. Encontré en el carpe diem un buen pretexto para continuar, para saber. Me aventé al mundo con singular alegría y una avidez de conocimiento que hoy me enternece. Recorrí burdeles y cantinas. Leí mucho, porque es una de las formas de amar a la vida. Encontré a Cavafis. Me aprendí sus versos: “Recuerda, cuerpo, cuánto te amaron”. Supe de la epidermis enchinada ante la caricia de la otredad en forma de piruja, noviecita santa, amada inmóvil, esposa tirana, amante artista o señora ricachona. Bebí menos o más que otros, pero bebí. Tuve un hijo al que pedí perdón por traerlo al mundo. Planté un árbol y escribí muchos libros que pocos leyeron. Viajé y también me detuve. Ahora entiendo que la vida es acción y contemplación. No vivo en el mejor de los mundos, tampoco me han tocado tiempos interesantes, pero es mi mundo y son mis tiempos. No he sido peor ni mejor. He llegado a una edad en la que descreo casi de todo. En la que me digo que dejar de hacer el amor ha de ser terrible. En la que sólo hay dos cosas que abomino: la injusticia y la mala adjetivación de las palabras. En la que he visto a la muerte arrancarme a los seres queridos. En la que trato de vivir de la mejor manera, a pesar del desempleo y la carestía.

Por las mañanas, al despertar, me digo: “Vive tu día como si fuera el último”, Cada vez es más difícil. Cada vez hay menos impulso para el afán vital. Aun así intento finalizar mis obras completas, comer lo que me gusta, convencer a lindas mujeres de compartir mi soledad, visitar mis cantinas favoritas, oler la lluvia y saber que no entiendo casi nada pero que comparto la dicha de la noche, de los buenos libros, de las amistades, del latido bajo la carne, de los seres que amo, del mar y del viento.

“Vive tu día como si fuera el último”, me repito, y escucho el susurro de mi propia voz que me recuerda, no sin un dejo de burla: “Algún día acertarás”.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

desde cauros chicos ce nos dise "SI TE PORTA MAL TE BAI PAL INFIERNO CHUCHETUMARE", i ce nos muestra la muerte como lo ma terrivle de las gueá, la otra es ia por la cayye y un perro malo me dijo, qeris morirte chuchetumare, qeris cer leyenda, i llo le dije "calla perro de malas palauras, a las finale too vamo a cer finao, i sais qe mas un perro muerto es basura", i ai qeo el culiao, no me dijo naa ma.


yyo creo qe no bamo a morir toito, un escritor finao qe ce llamaa jose donoso, qe escribio la guea fome de los elefante qe se ban a ser finao, ante de morir dijo qe le tenia terror a la custion y ce murio cagao de susto.
otros ce auto pitean o ce inmolan o ce guelben locos o estan en cana, qe es casi paresio a cer finao, pero bibo.

yyo no ce ermanito, toi curioso, pero tengo la pulenta pasiensia.

feli año nueo

cogollo, el feros

Lucia dijo...

De verdad que concluyes tu historia con una implacable cita, de verdad, algún día acertaremos.
Siempre serás bienvenido en casa.
Besos

Adrian Paul dijo...

Happy New Year!!

Hugs

Unknown dijo...

Mmm, demasiado bohemio el relato para mi gusto, pero hace reflexionar por contraposición.

La misma constancia patente de que por allí viene el punto y final es el que hace que NO viva este día como si fuera el último, sino que más bien organice los pocos que me quedan -o los muchos- para poder hacer algo de lo que me sienta orgullosa.

Tal vez no lo termine, es muy probable, pero el pedacito que deje listo me va a hacer sentir orgullosa.

En fin...

Chama Violeta dijo...

...e que o vento possa levar-lhe uma voz que lhe diz que há um Amigo ou Amiga em algum lugar do Mundo
desejando que você esteja bem!!!
Para ti amigo que conheço e para ti amigo que não sei quem és,um Feliz e Mágico 2007!!!

Todo es por algo dijo...

Toda la razon.... Hay muchas cosas que deberiamos aprender de que somos pequeños... como el significado de la muerte, y el saber que en cualquier momento nos tocara sufrir alguna perdida...
Por otro lado algo tan importante como el demostrar nuestras emociones... Si te interesa este ultimo tema, es mi tema de tesis...
En fin... CARPE DIEM
fELIZ 2007, Mucho amor, salud, y sobre todo FELICIDAD...
Salu2

El perro andaluz dijo...

Comenzamos a morir, el mismo día que empezamos a vivir. La muerte esta más viva que todas las cosas. Igual la detesto y aunque no la aguardo, sé que ronda muy cercana la muy perra.

Anónimo dijo...

Pensamos en la muerte como un término que nos define el final de una vida, pero si nos ponemos a pensar ¿ Acaso no se parece al nacimiento? el bebé cuando da el grito, se está despidiendo de una forma de vida para llegar a otra.
Creo que la muerte es muy parecido a lo que experimentamos cuando nacemos...simplemente pasa que desconocemos quien o que estará al otro lado para recibirnos, y por eso asusta...
felíz semana
bss

clauarroyo dijo...

La vida es para vivirla con lo bueno y lo malo, lamentablemente vivimos en un mundo super hedonista.
Nos vemos,

Bexza dijo...

Es cierto chica! la muerte forma parte de la vida...peeeerooo! eso no es facil asimilarlo, sobretodo cuando se pierde un ser querido...deberiamos traer como un chips que podamos poner y quitar o reprogramarnos para aceptar la muerte cuando llega a nuestras vidas o cerca de ella...
Por ahora y mientras podamos vivamos, y hagamoslo felices, cuando morimos no es nuestra decision, lo que si es nuestra decision es querer vivir elegres, amables y felices el tiempo que nos toque! no crees?

indianala dijo...

Hola vengo desde el blog de Maximo Ballester, y me impactó tu forma de narrar, es real que no estamos preparados para la muerte, nadie educa...sobre el dolor, parecen temas prohibidos, el temor aun reina...en medio de tanta tecnología.
Sería tan triste saber la hora..de partida, no?
Por eso me uno a tu frase escogida, es muy sabia.

Abrazo y pasa por mi rinconcito si deseas.

Hugo dijo...

Muy sesudos tus comentarios sobre la enfermedad y la muerte.
A propósito, en mi blog tengo algunas reflexiones al respecto. Es un tema que me ha ocupado un tiempo hasta elaborarlo. Un abrazo
Hugo

Héctor Ojeda dijo...

Juan Carlos, de acuerdo con el comment de Monique, pero al final creo que tu salida es la que deja el alma llena y en más buenas condiciones la cabeza.

Un abrazo Juan y exelentes 365 días más.

Maria del Carmen dijo...

Me conmoviò tu escrito, està lleno de experiencias que cualquiera puede pasar. Està lleno de vida.Estoy de acuerdo con la frase: vive este dìa como si fuera el ùltimo...yo le agregarìa: vìvelo bien.
Marìa del Carmen
la_acuariana_2006@hotmaii.com

Unknown dijo...

Hello...!!

pues si señor para morir solo se necesita estar vivo, lo importante es ese carpe diem, que nos hace que nuetro paso por aca sea lo mas agradable...y nos hace senitr que vivimos, que fuimos felices y que amamos..

entonces mientras llega seguir viviendo hacer de acda dia algo intenso y una oportunidad para compartir con quienes queremos..

saludos.. y abrazos... y besitos Muaakkk

bye