05 enero 2007

DE ACUERDO CON LOS PUNTOS DE ACUERDO

Hace no mucho tiempo, junto con un periódico de circulación nacional, salía los sábados un suplemento llamado "TENTACIÓN" dirigido a las mujeres, ahí, encontré un texto de Rita Varela Mayorga titulado "Un Punto de Acuerdo", en el que hablaba sobre sus amigos varones, retomo algo de este texto que habla un poco sobre la equidad y la amistad como una especie de agradecimiento y homenaje a esos hombres que han estado conmigo en las buenas, en las malas y que siempre me han demostrado su cariño, vaya a ellos, pues, este texto.

"Tengo la fortuna de tener entre mis mejores amistades a un puñado de hombres estupendos. Ellos tan fuertes, tan necios, tan vanidosos y, en ocasiones también, tan predecibles y quebradizos, me han enseñado, paradójicamente, el mejor lado de ser mujer.

A diferencia –y con todo respeto, eso sí- de las mujeres que consideran a los varones una amenaza y hasta un mal, opino que esa relación tiene ahora, por fortuna, nuevos cauces.

...


Actualmente, y en torno al desarrollo laboral, conozco a más mujeres periodistas en puestos directivos que las que había hace dos décadas. Claro, esto es cosa de generación, de los años que se acumulan, para ser realista. Y, luego, en el terreno emocional, tengo más amigas divorciadas de un primero y hasta de un segundo matrimonio (y otras tantas uniones) que, aun con el peso de la soledad que es el sino de las mujeres de este tiempo- particularmente de las que son económicamente solventes-, con serenidad y con inefable sentido del humor rehacen la vida en el entendido de que no es el papel dictatorial el que conviene a una relación de equidad.

En esta búsqueda, les digo, soy afortunada. Tengo cerca hombres inteligentes y sensibles, por increíble que parezca esta alquimia. Como cualquier mujer lo haría, los he visto quebrarse en diminutos fragmentos y rehacerse; convertirse en pura furia y luego llamar a la cordura; llorar como la Magdalena y reírse como niños en el parque; presumir por hazañas logradas y aceptar derrotas dolorosas; ser egoístas y solidarizarse con penas ajenas pero, sobre todo, los he visto querer a sus amores y ser queridos como pocos.

Son muchos años, eso sí, de compartir juntos la vida, pero ha valido la pena. Hoy, al parecer, es a las mujeres a las que nos cuesta más mostrar las lágrimas y evidenciar flaqueza. La convivencia diaria con estos hombres me permite tener presente que los sentimientos, buenos y malos, son los mismos e impactan en la misma medida.".


A ellos, por compartir la vida conmigo, gracias!!!

1 comentario:

azucena aldrete dijo...

muy bien, Reynita, escribes mejor que el mejor, te amo.